Título
Credo in unam realitam
Año de creación
2024
Formato
Instalación multimedia participativa
Materiales
Estructura de madera, tela negra, planchas metálicas, ordenador, micrófonos, amplificador y cableado.
Medidas
2,5m x 2m x 1m
Credo in unam realitam
Año de creación
2024
Formato
Instalación multimedia participativa
Materiales
Estructura de madera, tela negra, planchas metálicas, ordenador, micrófonos, amplificador y cableado.
Medidas
2,5m x 2m x 1m
Colaboraciones
Adrián M. Tager (técnico de sonido)
Jaime Romero (animación)
Participa en
2024 - Interfases. MAC Florencio de la Fuente (Cuenca, España)
Adrián M. Tager (técnico de sonido)
Jaime Romero (animación)
Participa en
2024 - Interfases. MAC Florencio de la Fuente (Cuenca, España)
Credo in unam realitam (2024) es una instalación interactiva que reflexiona sobre la intervención del sentimiento de fe en la era del progreso tecnocientífico, explorando la espiritualidad desde el punto de vista del dispositivo tecnológico.
En un momento donde las máquinas operan en el corazón de la subjetividad humana, las corrientes tecnopositivistas lideran el pensamiento Occidental, dibujando un cuerpo social que confía en el conocimiento tecnológico como fuente de respuesta frente a los grandes problemas de nuestro tiempo. La instalación invita a reflexionar sobre la manera en la que nos relacionamos con este gran espacio híbrido: desde la confianza que depositamos en los diferentes agentes del progreso tecnológico, así como en los grandes bancos de información (como internet o las redes sociales), hasta el vínculo afectivo que establecemos con nuestros dispositivos móviles.
Formulada como una pequeña capilla, la pieza explora la sensorialidad del espacio religioso y lo procesa tecnológicamente. El dispositivo ecualiza el paso de la persona visitante, generando reverberaciones monumentales que intervienen en la percepción de las dimensiones del lugar, elevándolo más allá de lo humano. Una composición generada por inteligencia artificial recupera la tradición musical del espacio de culto. Al fondo, un pequeño altar engrandece la figura del asistente virtual SIRI, en representación de un cuerpo tecnológico que todo lo ve y todo lo oye. El formato de caja negra del dispositivo participa en la construcción de un espacio íntimo e introspectivo, al mismo tiempo que materializa un estado de opacidad e incomprensión frente al lenguaje tecnológico.
El título de la instalación, Credo en unam realitam, recupera una cita de Donna Haraway que describe Bruno Latour en su libro La esperanza de Pandora. En el primer capítulo “¿Cree usted en la realidad?”, el filósofo francés explora la relación entre la ciencia y la realidad, desafiando las nociones tradicionales de objetividad y subjetividad. Latour hace mención a la teoría de Haraway, que desarrolla a lo largo de su carrera una crítica al cientificismo y la objetividad tradicional. “Credo en unam realitam” funciona como crítica a la creencia de una única realidad objetiva y una invitación a considerar la realidad como un proyecto de interacciones complejas y diversas.
En un momento donde las máquinas operan en el corazón de la subjetividad humana, las corrientes tecnopositivistas lideran el pensamiento Occidental, dibujando un cuerpo social que confía en el conocimiento tecnológico como fuente de respuesta frente a los grandes problemas de nuestro tiempo. La instalación invita a reflexionar sobre la manera en la que nos relacionamos con este gran espacio híbrido: desde la confianza que depositamos en los diferentes agentes del progreso tecnológico, así como en los grandes bancos de información (como internet o las redes sociales), hasta el vínculo afectivo que establecemos con nuestros dispositivos móviles.
Formulada como una pequeña capilla, la pieza explora la sensorialidad del espacio religioso y lo procesa tecnológicamente. El dispositivo ecualiza el paso de la persona visitante, generando reverberaciones monumentales que intervienen en la percepción de las dimensiones del lugar, elevándolo más allá de lo humano. Una composición generada por inteligencia artificial recupera la tradición musical del espacio de culto. Al fondo, un pequeño altar engrandece la figura del asistente virtual SIRI, en representación de un cuerpo tecnológico que todo lo ve y todo lo oye. El formato de caja negra del dispositivo participa en la construcción de un espacio íntimo e introspectivo, al mismo tiempo que materializa un estado de opacidad e incomprensión frente al lenguaje tecnológico.
El título de la instalación, Credo en unam realitam, recupera una cita de Donna Haraway que describe Bruno Latour en su libro La esperanza de Pandora. En el primer capítulo “¿Cree usted en la realidad?”, el filósofo francés explora la relación entre la ciencia y la realidad, desafiando las nociones tradicionales de objetividad y subjetividad. Latour hace mención a la teoría de Haraway, que desarrolla a lo largo de su carrera una crítica al cientificismo y la objetividad tradicional. “Credo en unam realitam” funciona como crítica a la creencia de una única realidad objetiva y una invitación a considerar la realidad como un proyecto de interacciones complejas y diversas.
